miércoles, 10 de febrero de 2016

8.2. Uso correcto de los signos

Existen hasta ocho categorías, solamente de signos: Signos de entonación, comillas, apóstrofos y primas, signos horizontales, signos verticales, signos contenedores, puntos y blancos tipográficos.


Comenzaremos hablando, por ejemplo de las comillas.



Las primeras que encontramos son las latinas o francesas, y como latinas que son, son las que deberíamos usar habitualmente. Sin embargo, las que utilizamos con más frecuencia son las inglesas. Es más, las latinas ni siquiera las tenemos en el teclado, por lo que es necesario buscar entre los signos de la fuente si queremos incluirlas en un texto.

Las comillas inglesas no son las simples dos veces.

Entre sus usos podemos destacar: Se entrecomillan las frases textuales, los coloquialismos o títulos (que también pueden ir en cursiva, pero lo más correcto es usar comillas).
Las comillas simples se utilizan cuando en una frase entrecomillada, vuelven a aparecer comillas en su interior.


A continuación, tenemos los signos de entonación. 


Tanto los signos de interrogación como los de exclamación se abren y cierran. Es debido a la influencia del inglés por lo que esto no lo tenemos claro, y en ocasiones solo pongamos el signo final.
Probablemente, en un futuro, esto se dé por correcto, pero de momento debemos tener en cuenta que la única forma correcta es abriendo y cerrando los signos.

La frase que vaya entre signos de entonación, no lleva punto.

En el caso de que aparezca más de un signo de entonación, debemos poner los mismos al comienzo y al final de la frase.


El siguiente apartado son los apóstrofos y primas. Y de ellos podemos decir que el apóstrofo es curvo, la prima y la doble prima son inclinadas, y las comillas mecanográficas son rectas.



Pasamos a los signos horizontales.


Tenemos cinco tipos de signos horizontales: guión, menos, guión medio, guión bajo y raya.

Todos ellos tienen formas diferentes entre sí, y por tanto, se usan para cosas diferentes.

El guión, que es el más corto de todos ellos, exactamente un cuarto del cuadratín, se usa para separar las fechas, en cuyo caso no hay espacio entre él y los números, para separar conceptos, donde sí lleva espacio, etc.

El menos, que mide aproximadamente medio cuadratín, el guión medio o en dash, que mide exactamente medio cuadratín.
El guión bajo, que es el más perculiar, ya que está alineado a la línea de base del texto, tiene un uso prácticamente informático.
Y por último tenemos la raya, que mide lo mismo que el cuadratín. Esta suele ser más delgada que las anteriores, y se usa en diálogos mayormente.

Por tanto, los que más solemos utilizar son los guiones y las rayas, ¿o no?



Dentro de los signos verticales tenemos la barra vertical, o pleca, la barra inclinada y la contrabarra.

La barra vertical, similar a una “l” de una fuente sin remates, se usa para separar conceptos.
La barra inclinada, para separar conceptos combinados.

Y la contrabarra, mayormente utilizada en entornos informáticos. En el lenguaje escrito no suele utilizarse.



Tenemos también los signos contenedores, que son los paréntesis, los corchetes y las llaves.


Los paréntesis, usados cuando se añade información relacionada con el texto.
Los corchetes, para una información extratextual. Se utilizan menos que los anteriores, y en la mayoría de los casos, pueden sustituirse por paréntesis. En los casos en los que esto no es posible es cuando se omite una parte del texto, añadiendo [...].
Y las llaves, se utilizan como elemento gráfico en esquemas, en operaciones matemáticas y para códigos informáticos.


Los puntos.

Tenemos en primer lugar el punto normal, utilizado, como ya sabemos, para el final de una oración o frase o para cifras, separando la unidad de las millas de las de centenas.
Cuando hablamos de años, estos no llevan puntos.


Los puntos suspensivos, que no son tres puntos normales seguidos, ya que están un poco más juntos entre sí.


El punto medio o volado, que en castellano no se utiliza, pero por ejemplo en catalán sí. Es un punto de un tamaño similar al punto final, situado a media altura, y también se utiliza para separar conceptos.

El topo o bala, que es un punto de un mayor grosor, que se utiliza para hacer listas. En estos casos, es más elegante que utilizar guiones.

También tenemos la línea de puntos, que se encarga de separar párrafos, y por último, los puntos conductores, que es una sucesión de puntos, que podemos encontrarlos en índices para conectar la columna de la izquierda con la de la derecha.


Y para acabar, tenemos los blancos tipográficos, que son espacios entre caracteres.


El espacio más grande es el espacio eme, que equivale a un cuadratín. Después tendríamos el espacio ene, que abarca medio cuadratín. El espacio grueso, que ocupa un tercio del cuadratín, el espacio mediano, que ocuparía un cuarto, el espacio delgado o fino que sería un sexto o un octavo del cuadratín, y por último tenemos el espacio de pelo, que es una porción de 24.

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